CUAL ES LA MEJOR OPCIÓN?
Para un país como el Uruguay, con grandes ventajas naturales, la demanda cada vez mayor de carnes producidas en condiciones naturales, representa una oportunidad sin límites. Los aparentes grandes avances logrados en los países “desarrollados” buscando precocidad, determinadas características de carcasa y mayor eficiencia de la producción, han ido distanciando cada vez mas esta ultima de las condiciones de cría natural, a la que comienzan a volcarse nuevamente los consumidores, y es así que con el afán de preservar la naturaleza y la salud humana, cada vez se habla mas de cría en condiciones naturales, alimentación en base a pasturas, trazabilidad, etc. Todo esto nos coloca en un sitial clave como productores, ya que no son demasiados los cambios a realizar para satisfacer la demanda del mercado. Y cuando me refiero a que no son demasiados los cambios hablo en cuanto a cantidad, ya que en cuanto a calidad, los cambios deberán ser enormes. En pocas palabras: debemos producir mas y mejor. La premisa básica para lograr producción de calidad a bajo costo y con ciclo corto se apoya en tres pilares fundamentales, al que debería apuntar todo criador:
- Reducción de la edad de faena de los machos
- Aumento de la tasa de natalidad
- Reducción de edad al primer servicio.
La herramienta más rápida y accesible para lograrlo, sin dudas es trabajar en base a cruzamientos para aprovechar la heterosis o vigor híbrido resultante de los mismos. Pero aquí nos enfrentamos con un gran escollo, que posiblemente sea el temor que muchos productores aún enfrentan al pensar en cruzar su ganado, en un país donde abundan los “productores racistas”, que se han “casado” con determinada raza (muchas veces por tradición que viene de sus padres y abuelos). No niego que sea un espectáculo para los ojos el mirar un rodeo todo del mismo pelo, parejito, lindo … para una foto!!!! Pero hasta donde ese rodeo de la foto repercute positivamente en nuestro bolsillo? Hoy mas que nunca debemos ser prácticos. Los cruzamientos entre razas son una opción, pero no la única.
Si bien el impacto de los cruzamientos industriales en la producción representa una forma bastante rápida de alcanzar un aumento en la producción, estos no pueden ser considerados como una solución “milagrosa” para los problemas de baja productividad a nivel nacional, dejando de lado otras formas de mejoramiento genético.
El realizar cruzamientos, sin ningún criterio, sin un apoyo técnico serio, llevados a veces mas por la publicidad de las sociedades de criadores de determinadas razas que por una base técnico-profesional, puede llevar a algunos productores al fracaso. Por otro lado, sabido es, el nivel de calidad de carne de las razas que tradicionalmente se han criado en nuestro país, Uruguay.
El término heterosis describe el aumento de vigor o productividad de animales cruzas en relación a sus padres, independientemente de su causa. El fenómeno es tanto mas intenso cuanto mas distantes genéticamente sean las razas o líneas cruzadas, así como cuanto mas puras sean para esas diferencias. La heterosis se manifiesta en diversas características, generalmente asociadas a la productividad, como por ejemplo: mayor eficiencia reproductiva, fertilidad, adaptabilidad a diferentes ambientes, habilidad materna, precocidad y ganancia de peso. Todas evidentemente importantísimas en una criación comercial. En el caso de cruzamientos de razas cebuinas (Brahman, Nelore, etc.) y taurinas (Hereford, A.Angus, Shorthorn, Limousin, etc.), se asocia la rusticidad de las primeras a la precocidad y ganancia de peso de las segundas, además de otras características igualmente importantes, dando como resultado un animal que garantizará mayores ganancias al productor.
El cruzamiento de razas taurinas e índicas, sin dudas puede remover gran parte de la depresión del potencial reproductivo de nuestros rodeos, resultando en animales excepcionalmente productivos y eficientes. Sin embargo, a medida que la proporción de sangre cebuína aumenta, las ventajas de las cruzas son contenidas por la mayor edad a la pubertad y menor terneza de la carne. Esto resalta una vez más la importancia de que cualquier intento de cruzamiento cuente con orientación técnica especializada. Una carrera descontrolada hacia los cruzamientos puede obligar luego a retroceder sobre nuestros pasos para retomar la calidad de carne que siempre nos ha caracterizado.
Debido a varios factores como la heterosis, efecto aditivo en caracteres deseables y el efecto de la complementariedad de caracteres, donde la mejora es la resultante de la sumatoria, en el mestizo, de características deseables en cada raza, realmente, cuando es bien dirigido, el cruzamiento es la manera más rápida de alcanzar el aumento en la productividad. Los resultados promedios llegan a un 17% de incremento en la producción en individuos de la primera generación, llamados F1.
Infelizmente, estos resultados no se repiten en las generaciones siguientes, debido a la reducción de la heterosis, aún cuando se suma una tercera o cuarta raza en las F2 y F3, segunda y tercera generación respectivamente. Lo máximo que se logra es mantener un nivel medio de heterosis con cruzamientos rotativos, sin embargo con resultados generalmente inferiores a los alcanzados por los individuos de la F1, con pérdidas en la rusticidad o en la productividad.
Podemos concluir que el cruzamiento industrial es una excelente alternativa de aumento de la producción, de ganancia de peso rápida, pero no la única.
En la selección, método que consiste en la medida permanente de parámetros y selección de los mejores individuos, los progresos obtenidos en cada generación son menos expresivos: cerca de 1% a 2% como máximo. Sin embargo, esos avances son permanentes, progresivos y aditivos, o sea, la ganancia de la primera generación será adicionada a la segunda y así sucesivamente a cada generación, permitiendo una evolución constante del rodeo seleccionado.
Cual sería entonces la mejor opción?
Creo que sea la asociación de las dos metodologías: Selección y Cruzamiento, alcanzando entonces el máximo que cada una puede ofrecer en progresos en el rodeo.
Cuando hablamos de cruzamiento es importante tener claro que no pensamos en cruzar el 100% del rodeo! Talvez un porcentaje del 40% sea suficiente para ver importantes avances. El 60% restante deberá ser mantenido puro para garantizar la reposición total de hembras de base taurina del rodeo y además permitir una elevada presión de selección en estos vientres. Este 60% además servirá como animales testigo frente al avance productivo buscado.
Es aquí donde surge la importancia de aquellas Cabañas que deberán seguir trabajando con razas puras, proveedoras de sangre para cruzamientos comerciales. Un profesor de la Universidad Federal de Pelotas (RS), especializado en reproducción animal, comentó una vez, en tono de broma durante uno de sus cursos, que dadas las ventajas que ofrecían los cruzamientos a nivel comercial, todos los productores deberían volcarse a los mismos, a excepción de los cabañeros que deberían seguir produciendo animales puros, pero dado que estarían cumpliendo una labor fundamental para la producción agropecuaria, para ello deberían contar con un subsidio por parte del gobierno. Sin dudas esa imposible y loca idea no deja de tener su fondo de razón.
El productor puede optar por la utilización total de cruzamiento, dependiendo en ese caso de la adquisición de vientres para recomposición de su base taurina, lo que es perfectamente viable, siempre y cuando la misma se haga con rodeos donde haya un buen trabajo de selección. Aquí podría abrirse un nuevo campo productivo. Además de los proveedores de toros reproductores seleccionados, podrían surgir los proveedores de vientres europeos seleccionados, comerciales, para ser utilizados en cruzamientos industriales.
Lo importante es que cualquier tipo de mejoramiento sea conducido en forma seria, con apoyo profesional, para que el productor pueda usufructuar de todas sus ventajas, transformándolas en aumento de la producción y consecuentemente de la rentabilidad de su actividad agropecuaria.
Dr. Marcelo Mendonça